Las palabras ánima y ánimo no tienen, siempre y en todo caso, el mismo significado ni tampoco pertenecen siempre a las mismas esferas: la humana y la divina. Este ensayo es un excurso divulgativo sobre conceptos del ánima (o alma), el ánimo y las personas en el judaísmo antiguo, las filosofías platónica, aristotélica y neoplatónica, el cristianismo original y el helenizado. Las palabras ánima y ánimo no tienen, siempre y en todo caso, el mismo significado ni tampoco pertenecen siempre a las mismas esferas: la humana y la divina. Este ensayo es un excurso divulgativo sobre conceptos del ánima (o alma), el ánimo y las personas en el judaísmo antiguo, las filosofías platónica, aristotélica y neoplatónica, el cristianismo original y el helenizado. En la primera parte de la obra se tratan las ideas del espíritu-ánimo y de la psique-ánima según el pensamiento griego antiguo, en particular el de Platón, Aristóteles y Plotino, filósofos que influyeron en el sentir cristiano y, en general, sobre las doctrinas occidentales. La apelación a Grecia por parte cristiana tuvo, en general una finalidad contingente de evangelizar a griegos y romanos y rebatir las herejías gnóstica y maniquea. Pero el cristianismo no se despojó nunca de ese manto cultural, la helenización de la doctrina cristiana se hizo permanente, no siendo sin embargo el Dios neotestamentario, ni tampoco el Bien absoluto de Platón, ni la Mejor de las sustancias de Aristóteles, ni el Uno inefable y superior del ser de Pltino, sino un Ente particular. Por otro lado, la filosofía griega no es del todo extraña para la Biblia, más allá de la idea no bíblica del ánima espiritual inmortal. Entre otros aspectos, el encuentro entre el pensamiento helénico y la Biblia preceden a los libros del Nuevo Testamento y ya influyeron en los últimos del Antiguo, escritos entre los siglos II y I aC: fue como consecuencia de la conquista macedonia de Palestina y Egipto, países que fueron luego lugares de traducción del hebrero al griego del Primer Testamento y de formación de algunos de sus últimos textos (considerados por cierto como apócrifos por los protestantes), algunos de los cuales es posible que se escribieran directamente en griego. La fusión entre pensamiento griego y mensaje bíblico no fue por tanto una simple coincidencia. La segunda parte de la obra trata sobre la persona, en cuerpo y alma, según el judaísmo farisaico y el cristianismo. Para la teología cristiana, los conceptos de cuerpo, alma y ánimo (o espíritu) coexisten solo en un Ente como sus atributos personales, es decir, solo en Dios; no es así para el ser humano, que es una persona compuesta por cuerpo y alma, aunque en él está también presente el espíritu, pero no el suyo personal, sino el Espíritu del propio Dios. A diferencia del credo cristiano, en las demás religiones monoteístas Dios es solo Espíritu, no tiene también el alma humana ni menos un cuerpo; en otras palabras, no es, como el Dios cristiano en su mismo inmutable Ser eterno, también hombre en cuerpo y alma, sino una forma gloriosa espiritual, no material. No tiene, por tanto, dos conciencias, una divina y otra humana: no es verdad que “todas las religiones, en el fondo, son iguales”, sino que muchas personas no tienen presentes las distinciones anteriores y consideran también al Dios del Nuevo Testamento como una figura solo divina, eterna, omnipotente, equivalente a la divinidad no trinitaria de los demás monoteísmos. Primera parte: SOBRE EL CUERPO Y EL ALMA EN LA FILOSOFÍA GRIEGA El alma en la Grecia antigua: menciones El alma y Sócrates El alma según platón El alma según Aristóteles El alma para el estoicismo El alma según Plotino Resumen: espíritu, cuerpo y alma, dualidad griega y gnóstica Gráfico aparte del texto – Esquema mínimo de las influencias filosóficas sobre la teología cristiana antigua y medieval Segunda parte: SOBRE EL CUERPO Y EL ALMA EN EL JUDAÍSMO Y EN EL CRISTIANISMO Cuerpo y alma: anima: unidad judía y cristiana (personalismo) Judaísmo, cristianismo y logos Sobre el alma en el cristianismo del siglo II San Agustín, enlace entre el platonismo y el cristianismo Menciones al platonismo cristiano después de San Agustín Santo Tomás de Aquino, entre revelación, aristotelismo y platonismo Sobre el cuerpo y el alma hoy